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Contaminantes Orgánicos Persistentes (COP)

 

25/05/2023

¿Qué son los contaminantes orgánicos persistentes?

Los Contaminantes Orgánicos Persistentes (COP), conocidos internacionalmente por su acrónimo inglés POPs (Persistent Organic Pollutants), son sustancias químicas que se caracterizan por:

  • Ser persistentes: tienen una elevada permanencia en el medio ambiente al ser resistentes a la degradación. La mayoría de los COP son compuestos organoclorados (con una estructura molecular basada en el carbono y el cloro). El enlace carbono-cloro es difícil de romper, de manera que la presencia de cloro disminuye, también, la reactividad de otros enlaces en las moléculas orgánicas.
  • Ser bioacumulables: se incorporan en los tejidos de los seres vivos (son solubles en grasas) pudiendo aumentar su concentración a través de la cadena trófica.
  • Ser altamente tóxicos y provocar graves efectos sobre la salud humana y el medio ambiente: La química del cloro produce más de 11.000 compuestos organoclorados, la mayoría dañinos para las personas, los animales y el medio ambiente en general.
  • Trasportarse a larga distancia, pudiendo llegar a regiones en las que nunca se han producido o utilizado.

¿Cuáles son los COP más importantes desde el punto de vista de la salud pública?

Entre los COP más importantes desde el punto de vista de la salud pública están las dioxinas y los PCBs, así como otras sustancias que contienen en su estructura química otros halógenos distintos al cloro (BFR, PFOS y PFOA, organoestánnicos).

La vía más importante de exposición humana a los COP es el consumo de alimentos, sobre todo los de origen animal (por su acumulación en la grasa).

Información específica:

Dioxinas y PCBs

PFAs

BFR

Parafinas cloradas

¿Cómo llegan al medioambiente?

A excepción de las dioxinas, que pueden tener un origen natural (erupciones volcánicas o incendios forestales), los COP son sustancias químicas de origen antropogénico, principalmente subproductos no intencionados de una serie de procesos químicos así como de casi todos los procesos de combustión. Muchos COP se utilizan o añaden a gran variedad de productos de consumo o comerciales para mejorar sus propiedades.

Actualmente está prohibida la producción de una gran variedad de COP por su persistencia en el medioambiente y su impacto en la salud pública. No obstante, todavía son liberados al medioambiente a través de fugas o por desechos mal controlados de productos que los contienen.

¿Por qué los COP suponen un riesgo sanitario?

Porque estas sustancias persisten en el medioambiente y se acumulan en los sistemas biológicos por lo que son detectables en casi todos los alimentos, aunque en algunos a niveles muy bajos. La toxicidad de los diferentes compuestos varía enormemente, pero los efectos por una exposición prolongada pueden variar desde efectos en el metabolismo o en el sistema reproductor hasta diferentes tipos de cánceres.

Los evaluadores del riesgo coinciden en que hay que disminuir la exposición de la población a estos COP a través de la dieta.

¿Se trata de un riesgo nuevo?

No, ya que sus efectos toxicológicos se conocen desde los años 60. Es por ello que en los años 80 se prohibió a nivel internacional la producción de la mayoría de COP, y aun en nuestros días se va ampliando la lista de sustancias incluidas en la prohibición.

Según la evidencia actual, no todos los COP tienen potencial carcinogénico aunque la mayoría son tóxicos para el sistema endocrino.

¿Qué medidas se han tomado para reducir la exposición a los COP?

La Comunidad Internacional, y más concretamente las Naciones Unidas, ha establecido instrumentos para regular y controlar los COP. El más ambicioso es el Convenio de Estocolmo, cuyo objetivo es proteger la salud humana y el medio ambiente. La Unión Europea y todos sus Estados Miembros firmaron el Convenio y, para garantizar la aplicación coherente y eficaz de las obligaciones contraídas con arreglo al mismo, contamos a nivel europeo con el  Reglamento (UE) 2019/1021 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 20 de junio de 2019, sobre contaminantes orgánicos persistentes fruto de la refundición y actualización del Reglamento (CE) n° 850/2004, de 29 de abril de 2004, sobre contaminantes orgánicos persistentes al que deroga. Este es un marco jurídico común, elaborado con vistas a eliminar, y cuando esto no sea posible a reducir, las emisiones y las descargas de las sustancias sujetas al Convenio (lo antes posible cuando sea viable), así como para establecer disposiciones relativas a los residuos de cualquiera de estas sustancias o que las contengan o estén contaminados por ellas.

Actualmente, el marco legislativo sobre límites máximos en contaminantes lo establece el Reglamento (UE) 2023/915 de la Comisión de 25 de abril de 2023, relativo a los límites máximos de determinados contaminantes en los alimentos y por el que se deroga el Reglamento (CE) nº 1881/2006, donde se fijan los límites máximos para algunos COP (dioxinas, PCBs y PFAs) en los alimentos que suponen un mayor aporte de estos contaminantes a la dieta. El establecimiento de límites máximos en la legislación es la medida de gestión más eficaz para reducir la exposición a un contaminante en la población general. Estos límites máximos son revisados periódicamente adaptándose a la evidencia científica.

Además de establecerse límites máximos, la Comisión Europea, con el objeto de monitorizar los niveles de COP y recopilar más información sobre su presencia en los alimentos que más contribuyen a la exposición, ha publicado varias recomendaciones al respecto (ver legislación sobre COP).

Otra información de interés:

Legislación sobre COP

Página web de la Comisión Europea sobre COP