Reformulación de alimentos y bebidas

 

La obesidad y otras enfermedades relacionadas con los alimentos siguen aumentando en Europa. La mayoría de los europeos consumen alimentos o bebidas que contienen demasiada sal, grasas saturadas y azúcares añadidos siendo sus patrones alimentarios poco saludables.

En España, la Estrategia NAOS, alineada y reforzada con las políticas sanitarias de ámbito europeo (UE, región Europea de la OMS), desarrolla acciones o intervenciones específicas, para proteger la salud, en base a la evidencia científica, promoviendo, entre otras, la reformulación de productos (cambios en la composición) para conseguir ofrecer a todos los ciudadanos alimentos y bebidas con mejor composición nutricional y que con la información más adecuada se facilite decisiones y elecciones más saludables en el consumidor, contribuyendo así a la adopción de estilos de vida más saludables.

La línea de reformulación que impulsó la UE, a través del Grupo de trabajo de los Estados Miembros (EEMM) y de la Comisión Europea sobre alimentación y actividad física (High Level Group), del que España formó parte a través de la AESAN, consideró prioritario el abordaje de reducción de ciertos nutrientes o reformulación de productos para alcanzar niveles de consumo razonables y compatibles con la mejora de la salud de la población.

Desde el año 2008 y hasta la creación del Grupo director sobre promoción de la salud, prevención de enfermedades y gestión de las enfermedades no transmisibles, el Grupo de Alto Nivel de la Comisión Europea estableció dos acuerdos marco de actuación y dos anexos sobre los siguientes nutrientes:

Estos acuerdos marco y anexos son de uso voluntario y ayudan a los EEMM a reforzar la implementación y evaluación de las líneas de reformulación y mejora de los productos a nivel nacional. Recogen los objetivos de reducción para cada uno de los nutrientes apoyándose en la evidencia científica y en las recomendaciones de consumo establecidas por la OMS y la EFSA (European Food Safety Authority), e incluyen un listado de grupos o categorías de alimentos en los que centrar las reducciones a nivel europeo, en base a su mayor consumo, entre otros aspectos. No obstante, los EEMM pueden establecer otras prioridades  de abordaje de la reformulación en diferentes grupos de alimentos adaptándose a sus especificidades, cultura y otras razones de salud pública de ámbito nacional.

Con la aprobación del último anexo del High Level Group se reforzó el impulso de la reformulación de productos a nivel europeo, y para conseguir hacer “fácil, la elección más saludable” las instituciones europeas reconocen la necesidad de una acción conjunta y combinada a diversos niveles en Europa y entre todos los interesados (stakeholders) implicados.

Por ello el 22 de febrero de 2016 en Amsterdam, los EEMM, liderados por Holanda, acordaron una Hoja de ruta para la acción para la mejora de los productos alimenticios (“Road Map for Action on Food product Improvement”) con el objetivo de acelerar dicha acción concertada entre los implicados (Gobiernos nacionales, los operadores de empresas alimentarias, la Comisión Europea, la OMS, las ONG, los Consumidores, etc.) y conseguir acelerar compromisos y resultados y ampliar la oferta más saludable de alimentos y bebidas reformulados.

Posteriormente, en el 2016, en las Conclusiones del Consejo sobre la Mejora de los alimentos (17 de junio de 2016), se pide a los EEMM que “a más tardar a finales de 2017 establezcan un plan nacional de mejora de los productos alimenticios, ya sea un nuevo plan o un plan integrado en otro plan existente, en cooperación con las partes interesadas pertinentes, a fin de facilitar a los consumidores la opción saludable de aquí a 2020, mediante una mayor disponibilidad de alimentos con niveles más bajos de sal, grasas saturadas, azúcares añadidos, valor energético y mediante la reducción del tamaño de porciones, y faciliten información sobre la composición nutricional de los alimentos transformados”.

Al año siguiente, en las Conclusiones del Consejo para “Contribuir a detener el aumento del sobrepeso y la obesidad infantiles” del 16 de junio de 2017, “se invita a los Estados  Miembros a colaborar con los productores de alimentos, los minoristas y el sector de la restauración a fin de fomentar la mejora de los alimentos, en consonancia con las orientaciones del sector de la salud, y de promover las opciones saludables para facilitar una elección saludable de alimentos”.

Por su parte, y como refuerzo de lo anterior, la UE en su Plan de Acción contra la Obesidad Infantil 2014-2020, incluye entre sus líneas de acción prioritarias crear entornos más saludables, y también la Región Europea de la OMS, en el Plan de Acción Europeo de Alimentación y Nutrición 2015-2020 y el Plan de Acción para la Prevención y el Control de las Enfermedades No Transmisibles 2016-2025 recoge entre las intervenciones prioritarias en la población la reformulación de alimentos y bebidas con el objetivo de crear entornos alimentarios más saludables y fortalecer los sistemas de salud para priorizar la promoción de la salud y mejorar la prevención y el control de las enfermedades.

Con todo este marco, algunas de las iniciativas para abordar la reducción de los nutrientes en los alimentos llevadas a cabo por  la AESAN, a través de la Estrategia NAOS, son las siguientes:

Plan de colaboración de la mejora de la composición de alimentos y bebidas y otras medidas 2020


Reformulación en el pan


Iniciativas de reformulación 2008-2017 (grasas y sal)