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La FAO publica el informe sobre el estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el mundo (2020)

 

Publica: Agencia Española Seguridad alimentaria y Nutrición

Fecha: 22 julio 2020

Sección: Nutrición

La FAO ha publicado su informe sobre El estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el Mundo 2020 (SOFI),   que  fue presentado en Nueva York el pasado 13 de julio coincidiendo  con el desarrollo del Foro Político de Alto Nivel (HLPF).  Este  informe  es elaborado conjuntamente por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El informe de este año se ha titulado: Transformación de los sistemas alimentarios a fin de proporcionar dietas saludables y asequibles para todos.  El informe de este año complementa la evaluación habitual del estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo con proyecciones de cómo sería el mundo en 2030 si continúan las tendencias de los 10 últimos años.

Esta edición presenta una estimación mucho más precisa del hambre y la subalimentación a nivel mundial. Los datos recogidos en el informe confirman la tendencia observada en años anteriores, ratificando el aumento paulatino del hambre desde 2014, y que ha alcanzado cifras de 690 millones de personas en 2019.

Mientras se estancan los progresos en la lucha contra el hambre, la pandemia de COVID-19 intensifica las causas de vulnerabilidad y las deficiencias de los sistemas alimentarios mundiales  y aunque es aún demasiado pronto para evaluar las repercusiones de la misma, en el informe se estima que, como mínimo, otros 83 millones de personas, y quizá hasta 132 millones, pueden empezar a padecer hambre en 2020 como resultado de la recesión económica desencadenada por la COVID-19.

La seguridad alimentaria y la nutrición están estrechamente relacionadas. La inseguridad alimentaria[i] puede afectar la calidad de la dieta y conducir a la desnutrición, al sobrepeso y la obesidad. La alimentación de las personas -en especial la de los niños- debe también ser nutritiva. Hay que garantizar el acceso a una dieta saludable.  No obstante, uno de los principales obstáculos es el elevado costo de los alimentos nutritivos y la escasa disponibilidad de las dietas saludables para una gran parte de la población.

El informe refleja que la composición exacta de una dieta saludable varía dependiendo de las características individuales, culturales, disponibilidad local de alimentos y costumbres, pero los principios básicos de lo que constituye una dieta saludable siguen siendo los mismos. Los análisis realizados para este informe muestran que las dietas saludables cuestan un 60 por ciento más que las dietas que solo cumplen los requisitos de nutrientes esenciales y casi 5 veces más que las dietas que solo cumplen las necesidades de energía dietética a través de un alimento básico Estas dietas saludables no son asequibles para más de 3 mil millones de personas, y más de 1.500 millones de personas ni siquiera pueden permitirse una dieta que cumpla con los niveles requeridos de nutrientes esenciales

En este sentido, según las estimaciones, en 2019, el 21.3 por ciento (144 millones) de niños menores de 5 años sufrieron retraso en el crecimiento, y el 5.6 por ciento (38.3 millones) padecen sobrepeso.

El sobrepeso y la obesidad siguen aumentando en todas las regiones, especialmente entre los niños en edad escolar y los adultos. En 2018 se calculó que el sobrepeso afectaba a 40 millones de niños menores de cinco años. Casi un tercio de los adolescentes y adultos que padecen sobrepeso, y el 44% de niños entre cinco y nueve años que también lo padecen, eran obesos. En cuanto a la obesidad está en aumento en casi todos los países, y contribuye a 4 millones de muertes en todo el mundo. El incremento de la prevalencia de la obesidad entre 2000 y 2016 ha sido incluso más rápido que el del sobrepeso.  La obesidad en la población adulta está en aumento en todas las regiones y es probable que el estado nutricional de los grupos de población más vulnerables se deteriore aún más debido a los efectos socioeconómicos y sanitarios del COVID-19.

Mientras que los 746 millones de personas que enfrentan graves problemas alimentarios, un 16.3 por ciento adicional del mundo, ha experimentado inseguridad alimentaria a niveles moderados La prevalencia de ambos niveles moderados y severos de inseguridad alimentaria es de un 25.9 por ciento en 2019 para el mundo en general.

En cuanto a la disponibilidad de alimentos, se muestran grandes diferencias entre los diferentes países fundamentalmente basadas en la disponibilidad per cápita de diferentes grupos de alimentos en función de ingresos de las diferentes clases sociales del país.

Reducir los costos de alimentos nutritivos y asegurar la disponibilidad de dietas saludables para todos requiere transformaciones significativas de los sistemas alimentarios existentes en todo el mundo, incluido el fortalecimiento de su capacidad de recuperación en situaciones como la pandemia de COVID-19. Dada la diversidad y complejidad de los alimentos los países necesitarán implementar un conjunto de políticas y estrategias específicas de  entre sector público y privado con coherencia política significativa, planificación mejorada y coordinación entre sectores y actores, que promuevan alimentos sostenibles , apoyo a la educación nutricional y reducción del desperdicio.

 El informe complementa la evaluación habitual de la seguridad alimentaria y la nutrición con previsiones sobre cómo podría ser el mundo en 2030 si continúan las tendencias del último decenio.  Además recoge argumentos relativos a la sostenibilidad que propiciarían la reducción del hambre, el acceso a dietas saludables y a reducir los costes de producción. Esto permitiría compensar casi por completo los costos sanitarios asociados a una alimentación poco saludable, que se estima que alcanzarán 1,3 billones de dólares al año en 2030; mientras que el costo social de las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con el sector de la alimentación, estimado en 1,7 billones de USD, podría reducirse hasta en tres cuartas partes.

En el informe se recomienda llevar a cabo una transformación de los sistemas alimentarios con miras a reducir el costo de los alimentos nutritivos y aumentar la disponibilidad de las dietas saludables , mediante intervenciones que reduzcan los costos a lo largo de toda la cadena alimentaria, a través del apoyo a pequeños productores, en la economía política y fomentando un cambio de comportamiento a través de la educación y la comunicación; e integrar la nutrición en los sistemas de protección social y las estrategias de inversión a escala nacional.

Para más información, puede consultarse el siguiente enlace: Informe completo

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